ÁNGELES LÓPEZ
MADRID.- La historia de la investigación con células madre se está escribiendo cada día en las páginas de las revistas científicas. En un futuro, todavía no se puede dar una fecha exacta, llegaremos a comprender la repercusión de estos trabajos y veremos si, tal y como prometen sus autores, logran hitos en la medicina. De momento, los pasos alcanzados son pequeños aunque prometedores tal y como lo constatan dos estudios publicados en 'Cell Stem Cell' que muestran un nuevo método para reprogramar células adultas en otras similares a las células madre embrionarias. La novedad es que para ello utilizan un fármaco que acelera el proceso, lo que ayudará a comprender mejor este mecanismo.
MADRID.- La historia de la investigación con células madre se está escribiendo cada día en las páginas de las revistas científicas. En un futuro, todavía no se puede dar una fecha exacta, llegaremos a comprender la repercusión de estos trabajos y veremos si, tal y como prometen sus autores, logran hitos en la medicina. De momento, los pasos alcanzados son pequeños aunque prometedores tal y como lo constatan dos estudios publicados en 'Cell Stem Cell' que muestran un nuevo método para reprogramar células adultas en otras similares a las células madre embrionarias. La novedad es que para ello utilizan un fármaco que acelera el proceso, lo que ayudará a comprender mejor este mecanismo.
Hasta el momento, diferentes investigadores habían empleado un mismo método, con variaciones mínimas, para reprogramar una célula adulta y hacerla retroceder en el tiempo a su estadio inicial (célula madre) para, una vez ahí, poderla convertir en otro tipo de célula adulta distinta a la inicial. Básicamente, el proceso era insertar tres o cuatro genes o factores de transcripción (OCT4, SOX2, KLF4 o cMYC), mediante un retrovirus, en el ADN de la célula para programarlo.
Sin embargo, este procedimiento no está exento de problemas. Por un lado, es lento, se tarda varias semanas en la reprogramación y su eficacia es baja, sólo un 0,01% de las células se reconvierten. Los genes, una vez insertados, difícilmente se pueden silenciar o mantener su expresión y por otro lado, sólo una pequeña proporción de las células reciben todos esos genes y en el mismo lugar de su ADN, con lo que el producto obtenido es un cúmulo de células muy heterogéneo, aunque eso sí, reprogramadas sin necesidad de recurrir a un embrión.
"El sistema con doxicilina [el fármaco empleado en el nuevo modelo] es más estricto que el de los retrovirus. Nos permite conectar o desconectar los genes al añadir o eliminar la doxiciclina del medio de cultivo. En cambio, con los retrovirus, no puedes 'apagar' el proceso y esto algunas veces puede ocasionar problemas una vez que las células se diferencian en células especializadas", señala a elmundo.es el doctor Konrad Hochelinger, principal investigador de uno de los estudios que publica la revista 'Cell Stem Cell' e investigador del Instituto Stem Cell de Harvard (EEUU).
1 comentario:
Muchas gracias por la entrada ha sido muy revelador el articulo. Esperemos que tengamos más como eso
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