Reproducimos aquí el artículo publicado en Univisión. ¿A qué obedecen estas cautelas?
NUEVA YORK (AP) - A pesar de tanta euforia, quedan muchas dudas acerca de cómo transformar el descubrimiento de esta semana sobre las células troncales en nuevos tratamientos para los enfermos. Y no está claro cuándo se podrá disiparlas.
Los científicos deben aprender más acerca de la nueva clase de célula producida por la investigación. Deben encontrar una nueva manera de producirla para evitar el riesgo de cáncer. Y queda un largo camino por recorrer para colocar este avance en el laboratorio al servicio de la terapia.
De modo que si uno pregunta cuándo llegarán los nuevos tratamientos a médicos y pacientes, los científicos vacilan.
"No puedo dar fechas", dice James Thomson, de la Universidad de Wisconsin-Madison, uno de los científicos en Estados Unidos y Japón que anunciaron el descubrimiento el martes.
"En resumen: tomará años", dijo el doctor John Gearhart, especialista en células troncales de la facultad de medicina de Johns Hopkins, que está al tanto del descubrimiento.
Semejante demora no es inusual. Suele pasar mucho tiempo para que un descubrimiento en ciencia básica se traduzca en un avance de la medicina.
Por ejemplo, un grupo de drogas para la fibrosis quística que se están ensayando actualmente en personas y animales derivan de un descubrimiento genético realizado hace 18 años. Y la terapia genética _el concepto de reparar o reemplazar los genes defectuosos_ está en estudio desde hace 15 años sin mucho éxito.
En todo caso, no habrá escasez de fondos federales para investigar el nuevo tipo de célula, dijo Story Landis, titular de la comisión sobre células troncales de los Institutos Nacionales de Salud. El organismo invitará a los científicos a solicitar subsidios para la investigación, añadió.
El descubrimiento de esta semana aparentemente ha resuelto uno de los problemas del estudio de las células embrionarias. El valor de éstas reside en su capacidad de transformarse en cualquier tipo de célula del organismo. Desde hace mucho tiempo los científicos buscaban la manera de producir células embrionarias que transportaran los genes de un individuo.
Esas células podrían utilizarse con al menos tres fines. El más publicitado es el de crear tejidos para transplantes. A menor plazo, podrían usarse para crear "enfermedades en probeta", colonias de células con genes facilitadores de enfermedades para echar luz sobre los factores que vuelven a un individuo vulnerable a determinados males. Por último, servirían para ensayar rápidamente los medicamentos en potencia en el laboratorio.
Hasta la semana pasada, los científicos que querían fabricar esas células debían aplicar un proceso de clonación que incluía la destrucción de embriones: caro, dificultoso, cuestionable desde el punto de vista ético. Y aún no había funcionado con embriones humanos.
La nueva técnica es mucho más sencilla. Hace que células de la piel humana se comporten como células troncales embrionarias sin usar embriones.
¿Problema resuelto? Sólo si estas células alteradas de la piel realmente pueden reemplazar a las embrionarias, lo cual no está demostrado, dice un científico destacado.
Paul Berg, un premio Nobel de la Universidad de Stanford que ayudó a elaborar las normas federales para la investigación de células genéticamente manipuladas, dijo que los festejos por el descubrimiento son prematuros.
"Me extraña que los éticos" digan que está resuelto el problema de la necesidad de embriones, dijo Berg. "Este es apenas el primer paso".
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